martes, 20 de mayo de 2014

" Este muerto no soy yo". Eugenio Azcárraga Vela.

       Buenos días chic@s!!
       El otro día tuve un paciente ingresado de nada más ni nada menos que... 99 años!! Y no os podéis imaginar lo bien  que se conservaba, podría pasar perfectamente por un mozalbete de 75! jeje;)
      99 años y grandes historias que contar, porque lúcido sí que continúa. Me encandiló desde el momento 1, y me enganchó con la historia de su vida hasta el punto de quedarme en la habitación hablando con él un buen rato, más de la cuenta podría decir, porque creedme que faena tenía...;)
      Os presento a Eugenio Azcárraga Vela, protagonista del libro " Este muerto no soy yo".

La fotografía fue tomada en su casa de Valencia en 2011 donde concedió una entrevista para "El País".


              Lo primero que me dijo fue: No te lo vas a creer, pero yo estoy enterrado en el Valle de los Caídos.. Así comenzó su historia, cómo no interesarme y quedarme allí con él para que me contara muchas más cosas!!.
             Eugenio tenía 20 años cuando estalló la Guerra, decidió ir voluntario al ejército en el frente Nacional, y estuvo a punto de morir varias veces, pero de verdad. Su peor recuerdo de la Guerra es en Teruel, en los sótanos del seminario donde se había refugiado la población civil; él estaba en las trincheras, pero cuenta que prefería estar en primera línea de frente que allí abajo viendo cómo morían mujeres, niños y heridos.


             
              Por aquel entonces, a Eugenio le acababa de escribir su madrina de guerra que, en su caso era de Navarra, os explico quiénes eran las madrinas de guerra: Eran señoritas que lejos del frente, escribían cartas a los soldados para elevar la moral de la tropa, era una especie de voluntariado, y como es de suponer, no se conocían en persona pero mantenían una relación "postal".
              Y esa carta dirigida a él fue la causante de que le dieran por muerto. Resulta que Eugenio no estaba interesado en escribirse con una madrina de Navarra, ya que él pensaba en ir a San Sebastián  en caso de que le concedieran un permiso, por lo que entregó la carta a un compañero navarro. En ese momento tuvo lugar la batalla de Teruel donde cayeron en manos de los Republicanos y donde el compañero navarro falleció con la carta dirigida a Eugenio en su bolsillo. Ahí es donde a quien dieron por muerto fue a Eugenio y no a su compañero. A su madre le comunicaron su muerte, e incluso se celebró su funeral en San Sebastián, su tierra natal.
              Eugenio no estaba muerto, fue hecho prisionero de guerra y trasladado a la cárcel de Montjuic, allí pasó un año de penurias, llegó a perder 20 kg, y cuando los nacionales iban a liberar Barcelona metieron a todos los prisioneros en un tren. Textual: "Me tiré del vagón en marcha, con otros 15 compañeros. Uno murió en el acto. Los demás caímos sobre un metro de nieve y huímos a Francia". 

 Prisión de Montjuic. 

              Una vez a salvo en Francia, ya en manos de los Nacionales, cogieron un tren a Irún donde se reencontró con su familia. Al parecer su madre había guardado luto hasta que un tío de Eugenio había averigüado que se encontraba prisionero en Montjuic, por lo que no se sorprendió al verle vivo, pero imaginaos el alivio de una madre al comprobar que su hijo había sobrevivido.   
              En un principio, la tumba de Eugenio constaba en el cementerio de Teruel, pero antes de subsanar el " malentendido", Eugenio supo que las tumbas de aquellos que no habían sido reclamados fueron trasladadas al Valle de los Caídos. Allá que fue a visitarlo y, efectivamente, Eugenio Azcárraga Vela estaba enterrado en el Columbario 1718. A partir de ahí, Eugenio mantuvo siempre su documentación oficial y jamás se le planteó un problema.


               En el Valle de los Caídos yacen 33.847 personas, 21.317 de ellas con nombre y apellidos.

              ¿ No os parece una gran historia?, a mí me fascinó, me encantó conocer a éste gran hombre y escuchar de primera mano su experiencia. Por eso he querido compartirla con tod@s vosotr@s. Me encantaría hacerme con el  libro " Este muerto no soy yo", me contó Eugenio que hace años se podía adquirir en la librería del MUVIM, si consigo un ejemplar, os lo hago saber. 
         
          Gracias Eugenio por compartir conmigo una parte de tu vida, me encantó conocerte, espero que sigas igual de bien y llegues a ser el abuelito centenario y adorable con el que disfrutar de esos ratos de charla. 


              
                                                      PAULA :)


               
      

6 comentarios:

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  2. Impresionante historia. Deberíamos escuchar más a nuestros mayores. Y más hoy en día donde muchos jóvenes sin cerebro ni beneficio se quejan por todo, que mucho creen saber sin saber que significa el saber. Jóvenes activistas que no conocen su historia ni su pasado. Bien hecho querida Paula por hacer que esta historia trascienda más si cabe que el libro que don Eugenio publicó

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    1. Muchísimas gracias Jorge, cuánto tenemos que aprender de nuestros mayores ¿verdad?.Me alegro que te haya gustado. Un beso.

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  3. Hola Paula,

    Llevo unos días algo desconectada, pero qué bonito ha sido leerte hoy.En cuando he visto una foto de Teruel sabía que este post algo bueno iba a traer. La verdad es que el trabajo de enfermera debe ser muy bonito y conocer historias de la gente. La historia que has contado es simplemente genial, y qué maravilla de hombre que a los 99 años te haya contado la historia con todos los detalles, así da gusto cumplir años y llegar a esa edad ;)

    Un besico
    www.upciencia.com

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    1. Has visto Lorena? La verdad es que ésta profesión tiene cosas muuy bonitas! Me encantó conocer a Eugenio y que fuera él quien me contara su historia en primera persona, porque no tenía ni idea de que había escrito un libro! Era como si una abuelito le contara historias de la guerra a su nieta, yo me sentí así!. Me alegro que hayas disfrutado leyéndolo! Millones de gracias guapa!Un besito!

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  4. Me ha encantado esta historia de D. Eugenio, ya las pasaron canutas durante aquellos terribles años. He disfrutado muchisimo leyendola. Paula, te felicito por haberla compartido, muchísimas gracias.
    Personalmente, he sabido de D..Eugenio, por hallarme investigando sobre la identidad de los militares italianos que viajaban con D.Eugenio en el tren del que se fugó en el mes de febrero de 1939. Los he podido identificar a casi todos, excepto a tres. Uno, era el teniente Ladislao Edelstein, otro el sargento mayor Nello Mangiacapra y el tercero, Pasquale Catonio.
    Edelstein y Catonio, muy probablemente, murieron el 7 de febrero de 1939 en Pont de Molins pero sospecho fue enterrado como "soldado desconocido" ya que era hebreo y el Italia (debido a la alianza con la Alemania nazi, el 17 de noviembre de 1938, se habian proclamado leyes raciales), por eso Edelstein, fue enterrado muy probablemente como te he comentado. Su padre, murió de pena en Fiume (Italia) y su madre, deportada por los nazis, en Auschwitz. Ladislao, era hijo único, por eso, no se si aún vivirá, me gustaria contactar con D. Eugenio y preguntarle si recuerda a Edelstein. ¿Sabes como puedo.hacerlo?, en paginas blancas aparece un teléfono, pero no contesta nadie.
    Te felicito por tu blog, es magnifico Paula!
    Mi correo electrónico, es hanneshunger105@hotmail.com.
    Muchisimas gracias!
    Joan B. icolás Hungerbühler.

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